En 1984, la muerte del luchador Rodolfo Guzmán Huerta, conocido comúnmente como El Santo, conmocionó a México. A lo largo de cinco décadas y 15 000 combates, el legendario luchador cautivó al público y ayudó a impulsar el crecimiento de la lucha libre en todo el mundo. A través de sus apariciones en películas, historietas y dibujos animados, se estableció como un héroe popular e ícono cultural mexicano.

De acuerdo con sus deseos, El Santo fue enterrado con su famosa máscara de plata. El funeral fue uno de los más grandes en la historia de México, al que asistieron decenas de miles de fanáticos. Esta fue la Edad de Oro de la lucha libre profesional, coincidiendo con los albores de la televisión por cable. Influenciados por la popularidad de El Santo, los medios de comunicación globales (incluido WWF) se inspiraron en las personalidades distintivas, las actuaciones exageradas y los disfraces vibrantes de los luchadores de América del Sur para promover el deporte como cultura pop.

Brutal Burrito rinde homenaje a este período con un menú de platillos que llevan el nombre de luchadores mexicanos y una identidad que podría extraerse fácilmente de una sala de juegos de 8 bits. Es un local de comida rápida en una zona de moda de Madrid, que sirve burritos, de la variedad auténtica, recién hechos, con ingredientes orgánicos, salsas caseras y tortillas artesanales. La marca es obra de Tres Tipos Gráficos, un estudio español experimental con reputación de una estética audaz y contemporánea.

El tipo ocupa un lugar central como dispositivo visual, con aplicaciones principales en el Thermo Zero modular de Lineto. Recién salido de una impresora térmica, con una franqueza de baja fidelidad que deleita con su uniformidad atractiva y fea. El estricto sistema de cuadrícula subyacente de la fuente la convierte en la compañera perfecta para las pantallas LED. Dentro de la tienda, estos actúan como ‘obras de arte’, una ventana a un universo de mensajes lúdicos; afuera impactan en medio del bullicio de la calle.

Los logotipos geométricos en negrita representan dos ‘B’. Hay una tensión entre la influencia de ‘el espacio’ (brutal, minimalista, vanguardista) y ‘el lugar’, invocando el apogeo de la Lucha Libre así como su herencia cultural. Si bien su diseño es austero y contemporáneo, los motivos triangulares hacen eco de las artesanías mexicanas tradicionales, mientras que el espacio negativo implica máscaras de lucha libre. Esta multiplicidad de significados se refleja en variaciones, que se usan juntas (típicamente en pares) y separadas.

Las referencias a la vida callejera mexicana se encuentran a través de colores y materiales. La paleta es una interpretación digital de CMYK, reinventada en tintas que bordean el neón mientras reflejan los vibrantes ingredientes naturales. La marca se aplica en calcomanías y afiches voladores, mientras que los monos del personal son ropa de trabajo utilitaria con una inyección de salpicaduras de la marca urbana OTT, aparentemente inspirada en una taquería en CDMX dentro de un taller de automóviles. El packaging para llevar es más funcional, comportándose como valla publicitaria en cada mano y tarjeta de visita en cada hogar.

Este proyecto se ve genial y está en línea con las tendencias actuales, pero a diferencia de muchos trabajos contemporáneos basados ​​en la estética, está respaldado por una historia. Tres Tipos Gráficos ha sido valiente al ofrecer una interpretación intransigente de la cultura histórica del deporte mexicano que es relevante en la actualidad. No está claro cuáles son las reglas. Los estilos gráficos se mezclan, las opciones son infinitas y, sin embargo, cuando vuelves al principio, todo tiene sentido.